La tentación de empezar de cero

Es una sensación que muchos conocemos: ese impulso repentino de querer dejarlo todo, de comprar un boleto de avión y empezar una vida nueva en otro país. Es el deseo de escapar y la tentación del nuevo comienzo. Esta fantasía, tan poderosa, no surge de la nada. Es el resultado de una combinación de factores psicológicos y emocionales, una señal de que algo en nuestra vida no está funcionando.

A menudo, este anhelo de huir es provocado por una búsqueda de significado, la idealización de lo desconocido o la sensación de que las expectativas de nuestra familia y sociedad nos están sofocando. Creemos que al cambiar de lugar, la tristeza, el estrés o la insatisfacción se quedarán atrás, como si fueran una maleta que podemos dejar olvidada en una terminal de aeropuerto.

Correr no es la solución

El problema de esta fantasía es que no es más que una huida. Como dijo el filósofo Séneca hace más de dos mil años: "Correr y querer cambiar de lugar frecuentemente es una señal de ánimos enfermos". Y es que nuestros problemas, al final, viajan con nosotros.

La idealización de lo desconocido es una trampa. Nos imaginamos una vida perfecta en otro lugar, sin considerar que los desafíos, la soledad y la adaptación también formarán parte de esa nueva realidad. Creemos que la culpa, el miedo o la tristeza se quedarán atrás, pero la verdad es que son sombras que nos siguen a donde quiera que vayamos, porque su origen no es externo, sino interno.

Enfrentar la realidad, no huir de ella

Enfrentar esta sensación de querer huir requiere una introspección honesta. Antes de comprar ese boleto, es crucial que te sientes contigo mismo y explores las razones de fondo que te impulsan. Pregúntate:

  • ¿De qué quiero huir realmente?

  • ¿Qué aspecto de mi vida actual me está sofocando?

  • ¿Estoy insatisfecho con mi trabajo, mis relaciones o conmigo mismo?

A veces, ese deseo de escape es una señal de que hay problemas que no estamos enfrentando. Quizás tu trabajo no te llena, tus relaciones son tóxicas o te sientes estancado. La solución no está en cambiar de lugar, sino en tener el valor de cambiar lo que no funciona en tu vida actual. La verdadera libertad no se encuentra en una nueva geografía, sino en la capacidad de resolver lo que te impide ser feliz.

La próxima vez que sientas el deseo de dejarlo todo, tómate un momento. Cierra los ojos y sé brutalmente honesto contigo mismo. Pregúntate si lo que necesitas es un pasaporte, o el valor de enfrentar el camino que tienes enfrente, para poder construir una vida que no sientas la necesidad de abandonar.

Luis Mendez