El costo de no ser tú: por qué la autenticidad es un acto de valentía

Hace poco, fui invitado a un podcast para hablar sobre sanación y propósito. La conversación comenzó de manera fluida , pero a medida que el tema se desarrollaba, mis opiniones resultaron ser incómodas para el presentador. Poco a poco, fui notando su cambio. Su cara se transformaba, y el ambiente que al principio era de armonía, se llenaba de tensión.

Al terminar el programa, el presentador le expresó su sentir a mi agente, haciendo énfasis en que estaba desconcertado porque ninguno de sus invitados lo había hecho sentir tan incómodo y cuestionado. Según él, los demás siempre fluían porque compartían su mismo criterio en el programa. Pareciera, que en el podcast y en la vida se vale todo... menos tener una opinión diferente y mostrarte auténtico.

Esta experiencia me hizo reflexionar sobre algo que ya sabía, pero que de pronto se volvió tan evidente: ser uno mismo en un mundo que hace todo lo posible por convertirte en alguien que no eres significa librar la más dura batalla que alguien puede librar.

A diario, todos luchamos con pensamientos confusos que nos dicen:

  • "Sé honesto, pero no hagas que la gente se sienta incómoda."

  • "Di lo que piensas, pero no hieras los sentimientos de nadie."

  • "Ten la valentía de estar en desacuerdo, pero no digas algo que no le guste a la mayoría."

Si tan solo viniéramos con una etiqueta de advertencia...

¿Alguna vez han observado las etiquetas que vienen en las botellas de licor que advierten sobre los daños que el producto ocasiona? Sería genial si los humanos naciéramos con una etiqueta visible como esas, que dijera:

Precaución: Si intercambias tu autenticidad por agradar a los demás, puedes experimentar ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, adicciones, enojo, culpa, resentimiento y un duelo inexplicable.

Y es que la autenticidad es precisamente eso: la práctica diaria de soltar quienes no somos o quien deberíamos ser para los demás, y aceptar quienes en realidad somos. El asunto es que la autenticidad no es la opción más cómoda. Por eso, elegir ser auténtico en lugar de agradar es un camino que nos lleva directo a la incomodidad.

Cuando vamos contra la corriente y nos exponemos ante el mundo, algunas personas se sentirán amenazadas. Y en su incomodidad, tratarán de atacar donde más nos duele: nuestra apariencia, nuestras emociones e incluso pondrán en duda nuestras capacidades.

Sé, haz, ten: el orden de la abundancia

La única forma de vivir plenos y en abundancia es siendo auténticos. La escritora Margaret Young lo explica perfectamente: "La mayoría de personas intentan vivir su vida al revés. Tratan de tener más cosas o más dinero, para poder hacer más de lo que quieren, y así ser más felices. La forma en que en realidad funciona es al revés. Primero debes ser quien realmente eres, después hacer lo que en verdad necesitas hacer para tener lo que deseas."

Sacrificar lo que somos por lo que los demás piensan simplemente no vale la pena. El precio es demasiado alto, y la recompensa de vivir una vida que no es tuya, es vacía. La verdadera plenitud no se encuentra en la aprobación de otros, sino en la valentía de ser tú mismo.

Luis Mendez