El error de elegir relaciones por lo que nos hace falta
La forma en que elegimos a nuestras parejas y amistades dice mucho sobre la relación que tenemos con nosotros mismos. Si te encuentras constantemente en una relación con alguien en quien no confías, o estás atrayendo personas que te engañan, es muy probable que te estés engañando profundamente a ti mismo o que simplemente no conozcas la fuerza de una relación verdadera.
Solemos elegir a las personas desde la carencia, buscando a otros para que nos den aquello que creemos que nos hace falta para estar completos. Entramos en relaciones rápidamente, guiados por la emoción de "las mariposas en el estómago", sin haber evaluado ni conocido a la persona en lo que es realmente relevante.
La sabiduría de la pausa
El filósofo griego Teofrasto escribió una frase que describe perfectamente este error: "Después de amar, todo se debe creer; antes, todo debe deliberarse."
Sin embargo, la mayoría de la gente invierte el orden: examinan después de amar y cesan de amar cuando han examinado. Ahí es donde causamos nuestro propio sufrimiento. Nos precipitamos al compromiso emocional con base en la química o la necesidad, y solo cuando el daño ya está hecho nos detenemos a analizar los valores, el carácter y la confiabilidad de la otra persona.
Al no tomarnos el tiempo de deliberar y conocer, estamos firmando un contrato emocional con grandes cláusulas de riesgo. Estamos apostando nuestra paz mental a una emoción temporal sin haber comprobado la solidez de la persona que tenemos enfrente.
Las preguntas que nos saltamos
Antes de comprometer tu energía, tu tiempo y tu corazón —y esto aplica tanto a parejas como a amistades— necesitas conocer lo verdaderamente fundamental de la otra persona. Estas son las preguntas que solemos saltarnos y que son la base de la estabilidad en cualquier vínculo:
¿Qué desea en la vida?
¿Qué es lo que valora? ¿Sus principios se alinean con los tuyos?
¿Cuáles son sus no negociables? ¿Sabe cuáles son sus límites y los respeta? ¿Respeta los tuyos?
Cuando ignoras estas preguntas esenciales, no estás eligiendo una persona; estás eligiendo una fantasía. Las "mariposas" son una señal de emoción, no una garantía de compatibilidad a largo plazo.
Evalúa desde dónde eliges
Es crucial que te detengas a evaluar desde dónde estás eligiendo tus relaciones. ¿Estás eligiendo desde un lugar de plenitud, buscando compartir tu vida, o estás eligiendo desde la carencia, buscando que alguien te rescate o te complete?
Donde no hay claridad sobre los valores y el carácter de la otra persona, seguramente habrá problemas. La verdadera conexión no surge de la necesidad, sino de la resonancia.
Antes de dar tu corazón o tu confianza, date la oportunidad de deliberar. Elige a quienes honran la persona que ya eres, y no a quienes llenan el vacío de la persona que crees que te falta ser.