Cuidado con las Palabras que Usas
Hoy vamos a documentar un error de proporciones épicas que cometí en el extranjero, y que me enseñó una lección fundamental sobre el poder de las palabras en nuestras emociones.
Hace muchos años, fui invitado a Brasil para dar una conferencia ante un grupo de catedráticos sobre la importancia de la educación. Como buen novato, me había preparado mentalmente para dar la mejor impresión posible, lo que incluía ser el tipo más amable y elogiador del recinto. Me lo había propuesto:
¡iba a ser un encanto!
A mi llegada, fui recibido por una comitiva muy amable, liderada por el director organizador del evento, quien vestía un traje elegantísimo. Cuando se acercó a saludarme, noté su atuendo. Después de su saludo, y queriendo ser encantador, le dije: "Me gusta tu saco."
Su expresión y la de toda su comitiva fue de un asombro petrificado, mezclado con un terror silencioso. Yo, ingenuo, pensé: "Quizás no están acostumbrados a los elogios tan directos." Así que no me quedé allí, toqué su hombro y, mirándolo a los ojos con mi mejor sonrisa, repetí: "Me gusta tu saco."
Todos estaban inmóviles. De repente, se oyó al traductor gritar, disculpándose con la comitiva y tratando de explicarles que yo no estaba queriendo decir lo que ellos habían entendido.
Cuando "Saco" Significa Vergüenza Universal
En medio de carcajadas nerviosas, me explicaron: la palabra "saco" en portugués de Brasil se usa para referirse al escroto.
En ese momento, ¡juro que deseé que la tierra me tragara! Morí de la vergüenza. Fue una de esas veces en la vida donde experimentas la humillación en su estado más puro. Por supuesto, terminó siendo la broma de todo el evento, pero ese suceso en particular me dejó una lección inmensa:
El significado que le damos (o que se le da) a las palabras influye directamente en nuestras emociones, en cómo percibimos a las personas, la vida y el mundo.
En mi país, "saco" es una simple prenda de vestir (un abrigo); en Brasil, era una ofensa grotesca. Yo sentí admiración, ellos sintieron una agresión. Mi intención era positiva; el impacto fue devastador.
El Diccionario Personal
Este episodio es un espejo de cómo nos funcionan las palabras internas. Así como "saco" tiene un significado diferente en Brasil y en mi casa, tú tienes palabras cargadas de significado tóxico en tu propio diccionario mental.
Para ti, la palabra "error" puede significar "fracaso total y condena" (como mi error con el "saco").
Para otro, la palabra "límite" puede significar "rechazo" o "egoísmo".
Si constantemente usas palabras cargadas de negatividad para describir tus experiencias o tu valor ("Soy un desastre", "Esto es horrible"), tu mente y tus emociones reaccionarán con la misma intensidad.
El cambio comienza cuando revisas tu diccionario interno. Pregúntate: ¿Qué significado le estoy dando a las palabras que uso para describirme y describir mi vida?
Tu trabajo como "ex idiota" y como ser humano en crecimiento no es evitar los malentendidos (que seguirán sucediendo), sino asegurarte de que los significados que das a tu propia vida sean constructivos, y no destructivos.
La próxima vez que te sientas ofendido o abrumado por una palabra o una crítica, detente. Recuerda la historia del "saco". Tienes el poder de cambiar el significado, y al hacerlo, cambias tu emoción