La Marca del Cretino: Por Qué la Crítica Destructiva es la Voz de la Inacción

Fui un tonto que vivía aterrorizado por la crítica. Creía que la validación de mi trabajo venía de la aprobación de los demás. Por eso, cualquier crítica me hacía sentir un necio y un dañado.

Mi gran error fue no entender que el mundo está lleno de "cretinos" que no tienen nada que perder al señalar tus errores.

Esto lo entendí con una vieja historia sobre la diferencia entre la crítica y la construcción.

Un pintor, que tenía la ambición de ser el mejor, hizo su obra maestra y la colocó en un lugar muy transitado. Dejó una nota que decía: "Si ves un error, por favor toma un pincel y haz una marca donde lo veas."

Volvió al día siguiente y la escena era brutal: su pintura estaba marcada cientos de veces, hasta el punto de ser irreconocible.

El pintor se sintió tan frustrado que regresó a casa y le dijo a su madre que dejaría de pintar. Ella, con la sabiduría que solo da el no ser un tonto, le dijo: "Antes de renunciar, haz esto. Crea otra pintura, ponla en el mismo lugar, pero esta vez con otra nota: 'Si ves un error, por favor toma la pintura y corrígelo.'"

Al día siguiente, el pintor volvió. Su segunda pintura no tenía ni una sola marca.

La Lección de la Marca del Cretino

Ahí está la verdad cruda de la vida: Cualquier cretino puede encontrar un error, pero muy pocos pueden repararlo.

El verdadero poder no reside en señalar la paja en el ojo ajeno; reside en tener la disciplina y la capacidad de ofrecer una solución. La crítica destructiva es la voz fácil de la inacción.

Esto se aplica a todo en la vida:

  1. En los Negocios: Es fácil criticar la estrategia de una empresa desde el sofá; es difícil construir una que funcione (el dolor constructivo).

  2. En la Familia: Es fácil señalar el error de tu pareja o tu hijo; es difícil sentarse con ellos y construir una solución desde la aceptación.

El Único Voto que Cuenta

Esta lección me obligó a dejar de escuchar la crítica de quien no ha construido nada. Dejé de darle el micrófono a mi hater interno (alimentado por los "cretinos" externos).

El Presidente Roosevelt lo dijo mejor:

"No es el crítico quien cuenta; ni el que señala cómo el hombre fuerte tropieza, o cómo el que hace las cosas podría haberlas hecho mejor. El crédito pertenece al hombre que está realmente en la arena, cuyo rostro está manchado de polvo y sudor y sangre; quien se esfuerza valientemente... y si fracasa, al menos fracasa atreviéndose grandemente."

No escuches la crítica de quien no ha construido nada, ya que no es el crítico quien cuenta, sino el hombre que crea.

Tu valentía (el coraje) se demuestra en el lienzo, no en la galería de comentarios. Tu disciplina se demuestra en el proceso de corregir y volver a pintar, no en la evasión.

Si hay algo que aprendí de los errores y los críticos es que ellos tienen el conocimiento, pero tú tienes la práctica (la acción).

Solo escucha a aquel que ha estado en la arena, y solo acepta la crítica que viene con un pincel para ayudarte a corregir.

Luis Mendez