El Ruido de las Opiniones: El Miedo a la Responsabilidad

Hablemos de algo que nos consume mucha energía: lo mucho que nos cuesta tomar decisiones.

Hace tiempo, un amigo estaba por renunciar a su trabajo para emprender un negocio. Lo consultó con su padre, con su pareja, con sus hermanos, con su mentor y hasta con su primo lejano. La presión era tanta que organizó una cena donde reunió a todos para que votaran. El resultado fue un empate. Frustrado, me dijo: "¡No sé qué hacer! Si renuncio y fracaso, quiero asegurarme de que todos sepan que no fue mi culpa."

Ahí está la clave de nuestra parálisis: buscamos desesperadamente escuchar las opiniones de los demás porque nos da miedo tomar decisiones y asumir la responsabilidad total. En cambio, si decidimos por lo que nos dicen los demás y algo no funciona, tenemos a quién responsabilizar de nuestro fracaso. Es una estrategia de evitación disfrazada de prudencia.

La Voz Silenciada

El precio de esta estrategia es altísimo. Llevamos tanto tiempo dando prioridad al coro de voces externas (familiares, amigos, redes sociales, "expertos") que hemos dejado de escuchar esa voz interna, nuestra intuición, hasta el punto de que ya no la reconocemos.

Nuestro GPS interno sigue funcionando, pero le hemos quitado las baterías y preferimos usar un mapa viejo y prestado.

El autor y filósofo Wayne Dyer lo escribió perfectamente al decirnos que el libre albedrío significa que podemos elegir conectarnos con esa voz interna o no conectarnos con ella. La libertad no es solo poder elegir, sino elegir desde la autenticidad.

La voz interna no te grita; te susurra con calma y conocimiento. Sabe lo que necesitas y lo que temes. El problema es que el ruido externo de las opiniones y el miedo a ser juzgados lo ahoga.

¿Qué tanto escuchas tu voz interior?

Pregúntate honestamente: de las últimas tres decisiones importantes que tomaste, ¿cuántas se basaron en lo que sentías que era correcto, y cuántas en lo que otros te dijeron que debías hacer?

Para volver a conectar con ella, se requiere silencio y coraje.

  • Silencio: Necesitas crear espacios sin opiniones, sin pantallas y sin debates. Solo en ese silencio se puede distinguir la señal de tu propia sabiduría.

  • Coraje: Necesitas el valor de aceptar que, sí, si la decisión falla, la responsabilidad es totalmente tuya. Pero ese mismo coraje te da la satisfacción de saber que, si triunfas, el mérito también será totalmente tuyo.

La Reflexión del Camino Propio

La vida no es un examen de opción múltiple donde la respuesta correcta está en un manual externo. Es un camino donde la respuesta correcta es la que te hace más auténtico.

Deja de buscar un culpable para tu futuro. El mayor riesgo que corres no es equivocarte, sino acertar siguiendo el mapa de otra persona y vivir una vida que no te pertenece. La responsabilidad es la llave de tu libertad. Úsala para elegir tu propio camino.

Luis Mendez